!Este Casino de Mar del Plata es la joya de la ciudad! No solo es gigante, sino que también es un Patrimonio Histórico Nacional. Está justo en frente de la playa Bristol y es como el símbolo más cool de la ciudad.
Así que, imagínate, este lugar fue construido entre 1938 y 1940 por el arquitecto Alejandro Bustillo, quien también eligió los muebles junto con la Casa Comte y el diseñador francés Jean-Michel Frank. El edificio tiene un rollo ecléctico con toques del estilo Luis XIII. El frente está cubierto con piedra de Mar del Plata y ladrillo a la vista, ¡y tiene esas techumbres de pizarra francesa que le dan un toque único!
Al principio, solo la alta sociedad de Buenos Aires y la gente chic de la zona tenía acceso a este lugar. ¡Imagina los vestidos y trajes de gala que se lucían! Hoy en día, las reglas de vestimenta son más relajadas, y las diferentes clases sociales pueden mezclarse en algunas mesas, aunque hay otras que todavía son para los que están dispuestos a apostar fuerte.
La historia cuenta que, en los tiempos en que el casino estaba en el Bristol Hotel alrededor de 1890, asistían personajes como Carlos Pellegrini, que en ese momento era el vicepresidente de la Nación. Un día, cuentan que la policía local apareció de repente y le aplicó la ley del juego a Pellegrini. ¡Vaya noche!
En esa época, la belle époque, las clases altas importaban un estilo de vida lujoso de Europa, y Mar del Plata se volvía el lugar de veraneo preferido por esa gente. Juan y José Lasalle, técnicos de la Sociedad del Casino de San Sebastián, llegaron a Argentina con la ruleta, contratados por José Luro, el hijo de don Pedro Luro. ¡Y esa ruleta es la que terminó funcionando en el Bristol Hotel!
En Mar del Plata, jugar era la onda, pero en Buenos Aires estaba prohibido. En 1910, en el Club Mar del Plata, se instalaron mesas de juego atendidas por croupiers franceses y españoles. Cuentan que todos los días, los ricos y poderosos se jugaban fortunas, ¡todo sobre el tapete verde, muy elegantes!